Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

Voy a contestar únicamente a la parte que se ha referido al Sr. Ministro de la Guerra y sólo en cuanto a la interpretación que S.S. ha dado a las palabras que el Sr. Ministro de la Guerra pronunció.

Si S.S. recordara la ocasión y el motivo con que pronunció esa palabra, vería cómo no hay ofensa para nadie en ello. Hablaba el Sr. Ministro de la Guerra de las censuras que se habían hecho a sus proyectos militares, del antagonismo que se pensaba por algunos que introducían entre las diferentes armas del ejército, de la falta de armonía, de que propendían a favorecer a unos institutos en contra de otros; y a esto contestaba que no había tal cosa, que él había presentado sus proyectos con espíritu de rectitud y de justicia para todas las armas, porque no quería en manera alguna favorecer a unas y perjudicar a otras, sino que su espíritu de justicia era igual para todas. Y en este sentido, no sólo no ofendía a nadie el señor Ministro de la Guerra, sino que daba un tono y un sentido a sus pensamientos y a sus propósitos que debía aplaudir el señor general Dabán, como también los militares. Lejos de procurar, al menos así lo entendía el Sr. Ministro de la Guerra, y en este sentido hablaba de justicia, lejos de procurar antagonismos y deferencias entre las diferentes clases del ejército, procuraba la mayor igualdad, y quería establecer la armonía y la fraternidad entre las diferentes armas del ejército; que si se diferencian en los servicios que prestan y en su distinta índole, son perfectamente iguales en el bien que prestan al país y en los merecimientos que alcanzan por ello. En ese sentido, y no en otro, empleó el Sr. Ministro de la Guerra la palabra justicia, con lo cual no ofendía seguramente ni a sus compañeros los Ministros actuales, sino que, por el contrario, a todos les dejaba bien, como corresponde y es de rigor. [3963]